jueves, 15 de noviembre de 2007


Notas musicales en un teclado de piano.
La música está compuesta por dos elementos básicos: los sonidos y los silencios.
El sonido (que suena) es la sensación percibida por el oído, que recibe las variaciones de presión producidas generadas por el movimiento vibratorio de los cuerpos sonoros y que se transmiten por el medio que los separa que generalmente es el aire. La ausencia perceptible de sonido es el silencio; que es relativo, ya que el silencio absoluto no se da en la naturaleza al haber atmósfera.
El sonido tiene cuatro parámetros fundamentales: la altura (frecuencia o tono), la duración, la intensidad (volumen) y el timbre.
La altura es el resultado de la frecuencia que produce un cuerpo sonoro, es decir, de la cantidad de ciclos de las vibraciones por segundo o de hercios (Hz) que se emiten. De acuerdo con esto se pueden definir los sonidos como "graves" y "agudos". Cuanto mayor sea frecuencia, más agudo (o alto) será el sonido. La longitud de onda es la distantia medida en la dirección de propagación de la onda, entre dos puntos cuyo estado de movimiento es idéntico, es decir, alcanzan sus máximos y mínimos en el mismo instante.
La duración corresponde al tiempo que duran las vibraciones que producen un sonido. La duración del sonido está relacionada con el ritmo. La duración viene representada en la onda por los segundos que ésta contenga.
La intensidad es la fuerza con la que se produce un sonido; depende de la energía. La intensidad viene representada en una onda por la amplitud.
El timbre es la cualidad que permite distinguir los diferentes instrumentos o voces a pesar de que estén produciendo sonidos con la misma altura, duración e intensidad. Los sonidos que escuchamos son complejos, es decir, son el resultado de un conjunto de sonidos simultáneos (tonos, sobretonos y armónicos), pero que nosotros percibimos como uno (sonido fundamental). El timbre depende de la cantidad de armónicos que tenga un sonido y de la intensidad de cada uno de ellos, a lo cual se lo denomina espectro. El timbre se representa en una onda por el dibujo. Un sonido puro, como la frecuencia fundamental o cada sobretono, se representa con una onda senoidal, mientras que un sonido complejo es la suma de ondas senoidales puras. El espectro es una sucesión de barras verticales repartidas a lo largo de un eje de frecuencia y que representan a cada una de las senoides correspondientes a cada sobretono y su altura indica la cantidad que aporta cada una al sonido resultante.
Véase también: nota musical

Elementos de la música [editar]
La organización coherente de los sonidos y los silencios (según una forma de percepción) nos da los principios fundamentales de la Música, que son la melodía, la armonía y el ritmo. La manera en la que se definen y aplican estos principios varía de una cultura a otra (también hay variaciones temporales).
La melodía es un conjunto de sonidos —concebidos dentro de un ámbito sonoro particular— que suenan sucesivamente uno después de otro (concepción horizontal), y que se percibe con identidad y sentido propio. También los silencios forman parte de la estructura de la melodía poniendo pausas al "discurso melódico". El resultado es como una frase bien construida semántica y gramaticalmente. Es discutible —en este sentido—si una secuencia dodecafónica podría ser considerada una melodía o no. Cuando hay dos o más melodías simultáneas se denomina contrapunto.
La armonía, bajo una concepción vertical de la sonoridad, y cuya unidad básica es el acorde, regula la concordancia entre sonidos que suenan simultáneamente y su enlace con sonidos vecinos.
El ritmo, se refiere a la pauta de repetición a intervalos regulares y en ciertas ocasiones irregulares de sonidos fuertes o débiles, y silencios en una composición.

Cultura y música [editar]
Todas las culturas tienen manifestaciones musicales. Incluso se ha demostrado que las ballenas se comunican gracias a un lenguaje sonoro que podríamos llamar musical al igual que la mayoría de las aves, lo que sugiere un posible origen filogenético común.
La música está ligada a un grupo social y a sus acontecimientos, y es expresión de éstos últimos. Estos acontecimientos no son universales, por tanto no podemos decir que la música sea universal, por lo menos en cuanto a su contenido, significado e interpretación. Por ejemplo, es probable que las obras de Mozart carezcan de sentido musical para un indígena de Borneo (quien entiende la música a partir estructuras psíquicas diferentes a las del mundo occidental).
El compositor (creador de música), delega en el intérprete (emisor) la ejecución de sus obras que en ocasiones, transmiten en la música determinados hechos y sentimientos a través de una secuencia de sonidos. También existen culturas musicales que no tienen en cuenta la separación occidental entre creador/intérprete ya que la música es improvisada principalmente.

No hay comentarios: